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sábado, 21 de marzo de 2020

Crítica a M (2018) de Anna Eriksson


Cartel de la película M
Anna Eriksson
Anna Eriksson es una muy conocida cantante y compositora finlandesa que llegó a participar en la fase clasificatoria de su país para el festival de Eurovisión en 2000.

Fascinada con la persona que hay debajo del maquillaje de Marylin Monroe, vio todas sus películas y leyó la biografía escrita por Sarah Churchwell, The many lives of Marylin Monroe. Entonces comprendió que su propia faceta musical no era suficiente para dedicarle una composición, impulsada por el movimiento Me too contra el acoso sexual a las mujeres en Hollywood, y decidió realizar una obra audiovisual, sin censuras, en la que ella produjese, dirigiese y actuase, incluyendo el guión y la música.


Escena de la película. Un trozo de carne,
el sentimiento de las personas abusadas 
En la película, según su autora, aparecen los sueños que tuvo mientras la preparaba, y que le sugerían la vida y la muerte, tan relacionados con la actriz del maquillaje pálido mórbido y los labios rojos de la pasión. 

Pero también podemos intuir vivencias íntimas y tempranas de Anna cuando cantaba de niña y adolescente para los adultos, escudada en la representación del conflicto de la actriz.


Son imágenes enigmáticas para un profano: la mortificación de la carne con un hacha, enterrar una polilla negra bajo la piel, la laceración con clavos, … y la eterna actitud seductora de la protagonista.


Escena de M, con Marilyn interpretado por
la propia directora. Foto de Matti Pyykkö
M aparece desnuda casi  en cada escena, siempre dispuesta sexualmente, como en una compulsión adquirida que la lleva incluso a abusar masturbatoriamente de sí misma, a coquetear con el suicidio por ahogamiento con una bolsa anudada a la cabeza.

Acaba  seduciendo también a su terapeuta y prostituyéndose con desconocidos, porque no conoce otra manera de relacionarse con los hombres. Y es que M parece el alterego de Anna. Es difícil transmitir la angustia, la despersonalización y el sufrimiento de esa manera si no se conoce de cerca su problemática.


Las máscaras suelen utilizarse en cierto tipo de fiestas sexuales
de hermandades y sectas elitistas a las que, posiblemente,
Marilyn Monroe fue invitada
A lo largo de la historia, la lista de artistas que han utilizado el arte para purificar las pasiones de su ánimo a través de emociones trágicas es interminable.

Anna Eriksson me recuerda en ese sentido a la más famosa y extrema actriz de performances en la actualidad: Marina Abramovic, que utiliza la exposición y mortificación de su cuerpo desnudo porque cree inconscientemente que se lo merece y para que los demás derramen su mal sobre ella, sacien su morbo y expíen sus culpas.

M es una película que se ha catalogado de experimental porque no se entiende -ni siquiera los críticos- y es enormemente perturbadora, haciéndonos apartar la mirada en muchas ocasiones, pero no es más que un ejercicio estético y catártico de bajada a los infiernos sobre abusos sexuales en la adolescencia.

También es una cesión voluntaria, pero condicionada por su pasado, de su cuerpo para conseguir posteriormente escalar en el universo del cine de Hollywood, en el caso de Marilyn, y en los festivales europeos, en el caso de Anna.


Lady Lilith, por Dante Gabriel Rossetti.
asimilado con la Ramera de Babilonia
Marilyn Monroe, en el universo judío de Hollywood, es la Gran Ramera de Babilonia, recipiente de todas las pasiones, físicas y voyeuristas, símbolo de la fornicación, de la lubricidad. 

Metáfora de la decadencia de Roma en su día y de Estados Unidos y de Occidente en la actualidad: brutalidad, lujuria, codicia y paganismo.

En sus memorias, My Story, relató cómo era ese tórrido mundo. "Los conocí a todos. Te sentabas con ellos, escuchabas sus mentiras y planes. Hollywood es un burdel atestado".



... y con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución ... (Apocalipsis 17: 1-2


Una película nada recomendable para el público en general pero sí muy indicada para los críticos más avispados y terapeutas especializados en esta lacra de nuestras sociedades humanas desde el principio de los tiempos.


Ir a la crítica del Festival de Cine Finlandés



Enlaces


Crítica a M, de Anna Eriksson


Entrevista a Anna Eriksson


Marilyn peileissämme







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Crítica a Armomurhaaja (2017) de Teemu Nikki


Armomurhaaja (2017),
protagonizada por Matti Onnismaa

La muerte por eutanasia y el aborto fueron dos temas polémicos en la relajada y casi laica Finlandia del siglo XX.

Toda vez que solicitar el aborto no es más que un trámite en el que puedes alegar que interfiere tus planes de futuro, queda la eutanasia como la única forma legal de muerte en Finlandia que puede generar algo de polémica, y decimos algo porque también es legal como en otros 8 países en el Mundo: en Finlandia se permite la eutanasia pasiva, pero no la activa.

En junio de 2018 el Parlamento finlandés votó por 128 a favor y 68 en contra para legalizar la eutanasia. Se trataba de aprobar una ley que la permitiera en caso de enfermedad incurable con probable desenlace fatal en el futuro.



Veijo con una pala al hombro, como la muerte con su guadaña
El debate previo en la sociedad finlandesa sirvió para que Teemu Nikki recreara una historia en la que traslada la eutanasia activa hacia los animales para que la entendamos mejor, pero se acaba liando en el mismo laberinto lógico –o ilógico- que el resto de los finlandeses y europeos. Porque ¿puede decidir moralmente un ser humano eutanasiador sobre la vida de un animal sano y sobre la de uno que sufre?


Veijo, el eutanasiador
La película introduce en la trama a unos ultraderechistas, una especie de perussuomalaiset, para los cuáles la muerte es un aliciente vital y una prueba de rudeza. ¿Cuán distinta es la moral de Veijo (Matti Onnismaa) que sacrifica animales con solemnidad, de los individuos que matan entre risas para reafirmarse como Petri (Jari Virman)?

De hecho, la cuidadora de un hospital acaba terminando con la vida del padre de Veijo simplemente para favorecerle y salir con él, sin darse cuenta de que Veijo lo quería vivo para que siguiera sufriendo.

En un momento determinado, Veijo le lleva lirios del valle a su padre, unas flores que pueden llegar a ser mortales, y se las restriega por la cara, de una manera muy resentida pues acusa a su padre del trauma que le causó una gran mortandad de sus animales de granja.


Veijo desea mantener con vida a su padre para que sufra.
Los kielot o lirios venenosos se ven al fondo
La simbología mortuoria en forma de lirios aparece de nuevo cuando Veijo y Lotta mantienen relaciones sexuales con asfixia erótica en el bosque.

De hecho, Veijo representa la muerte misma cuando el director lo muestra con una pala para enterrar cadáveres al hombro, imitando a la muerte con su guadaña.

La película deviene en un metraje de horror y perversión sexual con la muerte y la violencia flotando en cada escena, para hacerlas  cotidianas a nuestros ojos y hasta para justificarlas.

El humor negro finlandés y la rotundidad del ambiente rural y sus personajes recuerdan a los thriller norteamericanos del medio oeste, aunque sin la violencia desbordada de esos. El paisaje no es amenazador, sino las mentes de los sujetos que trasiegan por la película.

Buen film de terror y grandes actuaciones del ultra exaltado Petri, del viejo pervertido y trastornado Veijo y de su viciosa compañera Lotta (Hannamaija Nikander), la cuál también trabajó con Teemu Nikki en el cortometraje Tissit (2014) y que recuerda demasiado a la Shelley Duvall de El Resplandor de Kubrik.


Ir a la crítica del Festival de Cine Finlandés


Enlaces

Trailer de la película Euthanizer
Reel review: Euthanizer (2017)

20° BAFICI: «Euthanizer» de Teemu Nikki (2017)





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