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sábado, 14 de octubre de 2017

Ganivetin enkelit, el formato de un éxito

Marjo Ikonen es Mascha
en Ganivetin enkelit
Los experimentos suelen conllevar sonoros batacazos, incluso cuando son dirigidos por expertos en la materia. Y la representación de la pieza teatral Ganivetin enkelit, dirigida por la actriz Marjo Ikonen, estaba sometida a esa ley implacable de que quien innova se expone al fracaso.

Mezclar la ópera prima de un autor teatral novel y la adaptación de una obra de un famoso autor decimonónico, intercalando música original y en clave tragicómica, era una apuesta decididamente arriesgada si Ikonen no hubiera confiado ciegamente en el libreto y en sus propias facultades artísticas.

No es nada fácil conseguir aunar en una obra de ambientación del XIX cultura y entretenimiento, fidelidad a la historia y a los personajes, y hacerlo emotivo y con humor a la vez.

Ganivetin enkelit (Los ángeles de Ganivet) es una rara avis en el panorama teatral contemporáneo, acostumbrado a las adaptaciones de obras clásicas para no fallar o en obras ambiciosas, humorísticas o extrañas que no siempre son entendidas por todos los públicos y acaban arruinándose en taquilla.

Maria Santavuori, de pie, es Hanna
Es cierto que el teatro está cambiando, y que el microteatro representa en Madrid un salto importante para no aburrir al espectador durante más de una hora, o que se vea asaltado por el horror vacui de una sala semivacía. Pero es un caramelito que muchas veces sabe a poco y acaba siendo muy repetitivo y sobreactuado para, en 15 minutos, impactar al espectador y dejarle el poso del actor y del autor.

Obras de 15 minutos para 15 espectadores en salas de menos de 15 m² representadas en un antiguo burdel suena bastante bien, pero obras de 50 minutos para 50 espectadores representadas en los 50 m² de la antigua oficina de un capataz agrícola, hoy convertida en un precioso café de época y con música original en directo suena mejor.

Mascha y Hanna enlutadas por Ganivet
Y no es porque esas obras cortas -entre sainete, entremés y farsa- carezcan de atractivo, sino porque sus exiguos cauces las limitan al humor y a buscar el impacto mediante la exageración, el sexo, la política o el grito, con el lastre temporal escénico del monólogo, y con el tiempo como espada de Damocles.



El buen hacer de Ikonen en la traducción y adaptación de los textos, y en la puesta en escena ha tenido sus frutos:



"Ayer la actuación fue emocionante, irónica y melancólica, divertida y con ritmo, en fin, ¡muy bonita! Me ha gustado mucho. Ha sido un éxito completo, el público estaba encantado".

Representante de la Embajada de España en Helsinki


La acertada elección del vestuario de época, del local, el diseño de la cartelería y la aportación como actriz y compositora de Maria Santavuori han resultado en una obra redonda, bien terminada y en un formato que ha gustado al espectador de Helsinki, porque es también parte de su historia. Pero también puede gustar al de Madrid, porque el protagonista ausente -Ángel Ganivet- anduvo por el Madrid del XIX estudiando y enamorándose, y podemos compartir los sentimientos de dos mujeres que, sin duda, le amaron.






Enlaces

Ganivetin enkelit se representa en Puotilan Kartano, Helsinki





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