Recomendar

lunes, 29 de julio de 2024

Crítica a "Mummola" ("Family Time", 2023) de Tia Kouvo

Mummola, 2023
Segunda proyección de la 6ª Muestra de cine finlandés en el Círculo de Bellas Artes, organizada por Hug Culture, ante una veintena de espectadores. La presentación corrió a cargo de Sari Rautio, embajadora de Finlandia en Madrid y Pauliina Ståhlberg, directora en funciones del Instituto Iberoamericano de Finlandia.


MUMMOLA (2023) / Family Time

Se trata de una película costumbrista finlandesa ambientada en un encuentro familiar en Navidad. Escrita y dirigida por Tia Kouvo, está localizada en Lahti, lugar de nacimiento de la directora.

La película tiene dos partes. En la primera, la acción sucede en una vivienda apartada del núcleo urbano donde unos abuelos organizan un encuentro familiar durante los dos días de Navidad con hijos y nietos. En la segunda se relatan las consecuencias de ese encuentro días después.

La casa es una típica casa de madera finlandesa, pequeña y acogedora. Los invitados van llegando poco a poco y los planos nos incluyen en la familia, buscando encuadres inusuales, tapando nuestra vista con la puerta de la nevera, escaleras y muebles, como si nos encontráramos allí mismo y las dificultades de movimiento de una casa atestada fueran reales.

Podemos decir que la protagonista es la abuela Ella (Leena Uotila), que dirige todas las operaciones de la casa, en un incansable trajín; pero el hilo principal de la trama gira en torno al abuelo Lasse y su problema de alcoholismo crónico, que es tratado de manera cruel y despectiva en numerosos pasajes de la película, contrastando esto con la tradicional permisividad social de los alcohólicos en la Finlandia de pasadas décadas. Tom Wentzel se encarga de ese desagradable papel.

Tia Kouvo
No es la única novedad en la interpretación de la familia finlandesa que hace la directora de 37 años. Se cita la influencia de las series norteamericanas por parte de la abuela, que representa ‘la verdadera Finlandia’, expresando el cambio. Y también es patente en la indumentaria de Joulu Pukki, ahora con vestimenta del Santa Claus más anglosajón, habiendo cambiado su pelliza de lana de oveja por la globalista chaqueta roja. De Joulupukki se ocupa la abuela, por la inutilidad del abuelo y la reticencia cómoda del resto de los adultos a interpretar la tradición.

La directora Kouvo se lleva muy bien con sus dos abuelas, y en la casa de una de ellas se realizó la filmación. Esperemos que no se enfadara demasiado con la escena de la alfombra.

El rechazo a los patrones masculinos de la vieja Finlandia lo expresa Kouvo ridiculizando al abuelo por su trastorno, con especial saña de la nueva generación femenina, representada por la joven nieta, inteligente y resabiada.

No pierde la oportunidad de colar el feminismo tan en boga en su país, y en toda Europa, diríamos, expresado en boca del yerno cuando se hace valorar ante su esposa diciendo que hace las tareas de la casa, se encarga de los niños, trabaja, etc. lo cuál le convierte en un hombre finlandés ideal, incluso cuando una atractiva y simpática compañera comparte con él un trabajo en equipo y él no la mira ni hace ningún comentario amable o elogioso hacia ella, demostrando fidelidad ‘total’ a su esposa, con la que tiene problemas.

La pugna entre hermanas adultas se hace patente cuando una de ellas (la divorciada Helena, Elina Knihtilä) minusvalora el ascenso laboral de su hermana Susana, algo tan presente en las reuniones familiares del Ártico a Tarifa. Ello le provoca inseguridad y retraimiento, muy bien expresados en la proyección. La directora decide incluso explotar la vena más dramática de Susana (Ria Kataja) con un comportamiento histérico ‘típico’ de mujer no atendida por su marido, siendo éste un modelo artificial de virtudes para la directora.

Tia Kouvo se retrata en sus personajes: rechazando las debilidades psicológicas del abuelo Lasse, exagerando los patrones autistas del joven nieto Simo, creando un prototipo deseable de hombre finlandés encarnado por el padre Risto (Jarkko Pajunen) y huyendo y criticando tanto las ‘debilidades’ femeninas de Susana como las actitudes envidiosas de su hermana Helena. La niña Hilla es la que acaba destruyendo al abuelo, expresando la nueva generación de mujeres finlandesas fuertes y seguras de sí mismas, que no se pliega a los convencionalismos familiares, mostrando, muy posiblemente, a la propia autora, que debió de vivir experiencias muy parecidas en sus reuniones navideñas durante años. Ella es Elli Paajanen.

La muerte de la antigua sociedad finlandesa la expresa Tia Kouvo matando al abuelo Lasse después de una ingesta de bebidas alcohólicas que le paga su abnegada y malhumorada esposa, a la que Lasse realmente quiere, a pesar de las dudas de ella.

Sólo existe un momento de caridad hacia el abuelo, enfermo y aislado, que sucede cuando un antiguo amante masculino le visita con declarado afecto, tal vez en un ejercicio de despedida que intuye Lasse, pero que la presencia de la esposa boicotea cacareando sobre las enfermedades de toda la vecindad. Suena a justificación de los problemas de alcoholismo del abuelo, un tema tan presente en la temática finlandesa como el de la venganza en las sagas islandesas o el sexo en las películas de la Transición española.

Las pocas escenas de exteriores reflejan el aislamiento de la vivienda en mitad de la nada en invierno, la necesidad de desplazarse en coche hasta el centro de la ciudad para darse cuenta de lo vacío que está por la noche en esas fechas, con toda la gente recogida en sus casas, y también el deseo de compañía de las mujeres y la falta de interés de los hombres jóvenes, como Simo, centrados completamente en sus temas: ordenadores y coches, en otro estereotipo masculino que suena bastante a crítica.

Existen momentos tragicómicos que parecen sacados de experiencias personales por lo acertado de su escenificación, lo que le confiere un carácter más realista a la obra.

No tenemos la certeza de si la directora y guionista ha querido mostrar cómo se comporta una familia finlandesa típica en Navidad, expresando también un sentimiento muy finlandés como es el de querer explicarse al mundo. Tampoco si se trata de una crítica a sus vivencias familiares, que debieron influirla de tal manera que decidió contarlo. Tal vez es una mezcla de ambas cosas y muchas otras motivaciones, posiblemente autobiográficas y escenificada su persona en el papel de la niña, entre soñadora y pirada, que incluso sale al exterior a hacer una película con sus modestos medios, afortunadamente, con lo que la tensión familiar tiene un respiro. Dado el carácter de la niña en cuestión, mejor no habérsela cruzado en la realidad en alguna de esas cenas.

En cualquier caso, se trata de una interesante película costumbrista de ámbito finlandés, de crítica social y familiar, manifiestamente catártica, que tiene el gran valor de expresar los conflictos familiares a través de las motivaciones personales, con momentos de gran crueldad sin la aparición de sangre ni de demostrárselo directamente a la víctima.

Tiene un tratamiento novedoso de un tema tan preocupante y viejo como el alcoholismo y su incidencia en las familias a través de la interacción de 3 generaciones pero enfrenta la generación de los abuelos y de los hijos con este tema.

Muchos de nosotros podríamos haber escrito un guión con nuestras experiencias en nuestras familias en Navidad, pero cuidado si en tu familia tienes una niña como Hilla, entre impertinente y dictadora, y lo escribe antes que tú: acabará de enterarse de tus miserias humanas el planeta entero.

Kouvo caracteriza su película Mummola como divertida, conmovedora y estimulante. Eso manifestó en una entrevista. A mí no me ha sugerido ninguno de sus adjetivos, sino más bien la expresión terapéutica y vengativa de la furia infantil de una niña que acabó estudiando psicología social para entender mejor a las personas pero aprendió bien poco.

El arte es interpretable por quien lo observa y pocas veces la opinión del espectador coincide con lo que quiso representar el artista, bien por incapacidad, bien por la diversidad cultural y psicológica del que interpreta.

Aún así, se agradece el tiempo invertido en la butaca viendo esta película, y que no hablaran de política.


Enlaces

Entrevista a Tia Kouvo

Otra entrevista a Tia Kouvo

VI Muestra de Cine Finlandés

6 Muestra de cine finlandés en Hortaleza

Crítica a "Kahdeksan surmanluotia" de Mikko Niskanen

Tunturin tarina, documental en la 6ª Muestra de cine finlandés









Fennia


Visita nuestro blog de Finlandia




No hay comentarios:

Publicar un comentario