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jueves, 7 de junio de 2012

Por donde una vez caminé ... y me perdí.

UN HELSINKI PARA OLVIDAR


Asís G. Ayerbe inauguró su exposición en el Instituto Iberoamericano de Finlandia para dar su visión sobre un paseo de 17 horas por Helsinki durante el verano de 2011.

La exposición vivida hoy en el Instituto fue la más multitudinaria que recuerdo, la más animada y también la más ramplona.

No me será fácil olvidar el regusto amargo que me ha dejado esta exposición de fotografías en blanco y negro tomadas de Helsinki, de un Helsinki del que he reconocido numerosos lugares, algunos lúgubres, otros amigables, pero todos cubiertos de una pátina insulsa, vulgar, que hace que me plantee si realmente la fotografía es un arte.

Lo vivido y experimentado hoy no está a la altura de una exposición artística, ni siquiera informativa o de un sentir, sino que no es más que una tira de fotogramas que ametrallaron unos edificios y unos espacios, que por carecer, carecen hasta de interés documental.

En cuanto a la técnica, abunda en un excelente funcionamiento del obturador y un buen manejo del encuadre.

Fotografías sin imaginación: a una fábrica con dos chimeneas la llama catedral, las casas de madera las hay a raudales en cualquier pueblucho o villa perdida de tres al cuarto, rincones inapetecibles, hoscos, todas fotos de un color más negro que blanco, desasosegante, que provocan malestar y desazón, tal vez por sentirse burlado.

Cuatro fotos en gran formato de chimeneas gemelas y de un cementerio pretendían sacarnos de la monotonía y del esfuerzo de fijarnos en cada imagen.

La operación de marketing montada sobre esta expo-bodrio ha sido lo mejor: gran autobombo en forma de tarjetas postales en acordeón, regalos de insignias de varios tamaños y hasta casas de cartón para ensamblar. Faltaban las viseras para ir a los toros.

En la compacta de cualquier turista podremos encontrar escenas de mayor interés y tomadas con mejor gusto; las de Asís G. Ayerbe parecen pensadas para decirle al espectador que no le importa en absoluto lo que piense ... y que no se pase por Helsinki.

2 comentarios:

  1. Vaya crítica más desenfocada (por emplear términos fotográficos). A mí me encantaron las fotos precisamente por su perfección técnica y su visión nada tópica y turística de Helsinki. Creo que ni el artista ni su obra se merecen esos términos tan despectivos y malintencionados (expo-bodrio, operación de marketing, pátina insulsa, etc.). Ojalá todas las exposiciones del Instituutti tuvieran el mismo nivel.

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    1. Se agradece sinceramente la contracrítica, por su sinceridad, sin embargo creo que las dos últimas exposiciones del Instituutti no han estado a la altura del lugar ni de la circunstancia, como si representasen restos de un saldo o fin de fiesta, después de disfrutar de magníficas y variadas exposiciones. Esos comentarios se dirigen exclusivamente a la exposición presentada, dejando al margen el respeto a la dignidad de las personas y de si aparecen o no en la Wikipedia.

      Espero que el nuevo periodo que se avecina, con una nueva directora, nos aporte momentos que se parezcan a los vividos con el director saliente y se alejen de la relajación de las últimas fechas.

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