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martes, 23 de julio de 2024

Crítica a "Kahdeksan surmanluotia" de Mikko Niskanen

La casa de Passi ya no existe
La sala Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes de Madrid acogió 
la VI Muestra de Cine Finlandés organizada por The Hug Culture el 3 y 4 julio de 2024.

En su primera jornada exhibió Kahdeksan surmanluotia ("8 disparos mortales", 1972) de Mikko Niskanen, en versión original subtitulada y restaurada.

Una historia de alcoholismo y crimen, con Mikko Niskanen y Tarja-Tuulikki Tarsala como actores principales.
 
Gilfer, director de The Hug Culture, realizó una breve presentación del festival y de la película, con apenas 10 espectadores en la sala.


Argumento

Pasi  (Tauno Pasanen) es un granjero modesto del centro de Finlandia a finales de los años 60. Vive con su esposa y 4 hijos en una pequeña localidad rural dedicado a las numerosas y trabajosas labores de su granja.

El granjero tiene serias dificultades para mantener a su familia y busca trabajos por cuenta ajena, consiguiendo pequeños empleos temporales, que sin embargo son cada vez más escasos por la llegada de máquinas modernas que reemplazan los trabajos más duros. Después no consigue más que empleos tradicionales, como ganchero o leñador, sobreviviendo con la fuerza de sus brazos y ayudado por su vieja yegua Liisa.

El hastío y las dificultades económicas, que no le permiten siquiera comprarse destilados como el coñac para alternar con su vecino y sus compañeros, le llevan a buscar la manera de destilar su propio licor en el anonimato del bosque para divertirse. El autoconsumo pasará posteriormente a producirle beneficios económicos.

Así empieza un relato de dificultades con el alcohol que repercuten en su vida familiar, acosado por las exigencias de su mujer, perseguido por las autoridades, los recaudadores de impuestos y condenado por la moral protestante puritana de su pueblo.

El acorralamiento de un hombre trabajador, que no encuentra solución a sus problemas económicos, le lleva a la desesperación y al crimen.

El argumento se basa en el famoso caso de un asesinato múltiple de 4 policías en la localidad de Pihtipudas que conmovió Finlandia en 1969.

Pasi de ganchero
Pasi se siente acorralado por las exigencias de su entorno y de su esposa Liisa Pasanen, del mismo nombre que la yegua en la película.

Todo ello bajo la sombra de un crédito premonitorio presente en la presentación de cada capítulo de “Ocho disparos mortales”: “el alcohol era la raíz de todos los males en nuestra familia”.


Crítica

Se trata de la restauración de una famosa producción para la televisión finlandesa, con un trasfondo muy localista de descontento político y social que afecta a los más débiles e inadaptados del ámbito rural durante el desarrollismo y la emigración interior finlandeses en los años 60.

Passi y su amigo con un Valmet
Por las 5 horas de película en 4 capítulos desfilan artefactos modernos, como el mítico tractor Valmet, la moto de nieve o la motosierra, pero Pasi no posee ninguno de ellos en propiedad y se mantiene con su trineo tirado por una yegua vieja, sus vacas para vender un poco de la leche excedente y lo poco que caza y pesca en su entorno más cercano. 

La atracción por el alcohol y la evasión que produce le llevarán a desatender las obligaciones familiares, pero Niskanen plantea al personaje como víctima de la sociedad, de sus nuevas exigencias y prohibiciones y de los atavismos sociales, durante los años de aperturismo y de una tímida entrada de los usos sociales occidentales en el mundo rural. 

La excesiva extensión de la proyección, la temática, el ritmo y el contexto de la película son enormemente crueles con los espectadores no acostumbrados a este tipo de relatos cinematográficos.

Desconocer el caso en el que se basa ya condiciona el interés de una filmación, que se recrea con la vida y las circunstancias rurales como en un documental, sin prisa, como se estila en Finlandia, intentando además narrar la circunstancia poniéndose al lado del protagonista como una víctima del cambio de los tiempos y del progreso, algo muy sentido en el espectador finlandés de la época, pero muy distante del espectador medio español de hoy.

Aún así, aguantar hasta el final con atención, es una experiencia que nutre antropológicamente más que cinematográfica o ideológicamente.


Contexto histórico

En Finlandia, hasta los años sesenta del siglo XX, las drogas ilícitas habían sido consumidas principalmente por veteranos de guerra heridos y un pequeño grupo de miembros acomodados de la élite, pero ahora el hábito estaba siendo adquirido por los jóvenes, lo que dio lugar a la creación de un mercado ilegal de drogas.

Finlandia aún no tenía leyes modernas contra las drogas, pero cuando las Naciones Unidas adoptaron la Convención Única sobre Estupefacientes en 1961, las autoridades finlandesas tuvieron que volverse más estrictas para cumplir con las recomendaciones internacionales.

Las viudas de los policías en el despacho del
inspector de policía
Reijo Heikkinen tras los asesinatos.
Foto: Helge Heinonen
Cuando se descubrieron los primeros casos importantes de tráfico de drogas, a mediados de la década de 1960, la policía finlandesa aún tenía muy poca experiencia en la investigación de delitos relacionados con las drogas. Se prohibió el consumo de drogas ilícitas y la nueva legislación sobre drogas de 1966 convirtió la política finlandesa en materia de drogas en una de las más estrictas de Europa.

La ley no sólo se refería a las drogas ilícitas, sino también al abuso de medicamentos con receta. En 1968 se creó una brigada de estupefacientes en la Oficina Nacional de Investigación y al año siguiente otra en el Departamento de Policía de Helsinki.

La brigada antidroga de Helsinki incluyó el primer perro antidroga del país. Se impartió formación sobre la investigación de delitos relacionados con las drogas a la policía local de toda Finlandia.

Pasanen disparó primero su rifle Sako a través de una
ventana antes del tiroteo.
Foto: Policía Criminal Central
Esta ley afectaba también al alcohol y su precio, lo que produjo un aumento de la producción de alcohol en destilerías clandestinas. Parte de la sociedad se volvió menos permisiva con el consumo de alcohol y sus efectos.

Poco después, en 1969, se legalizó la venta de cerveza de graduación media en los supermercados y se despenalizó la intoxicación en público. La producción y venta ilegal de alcohol fue disminuyendo con el tiempo, poco a poco.


Urho Kekkonen
La culpa la tuvo Don Quijote

Urho Kekkonen fue presidente de Finlandia durante 26 años, desde 1956 hasta 1982, siendo el dirigente que más tiempo ha permanecido al frente de la jefatura del Estado. En la película aparece su retrato colgado de la oficina de la Policía de Pihtipudas.

Su libro favorito era Don Quijote de la Mancha, de Cervantes, a cuyo protagonista definió en 1949 como «el ejemplo de la lucha entre el idealismo y el buen juicio».


Funeral de estado
Los policías asesinados en Pihtipudas

Korppinen (Pihtipudas), el 07/03/1969 un obrero de 33 años amenazó a su familia con un rifle de caza y, mientras su mujer y su hijo huían, les disparó sin alcanzarles. Tal vez no quiso, porque realmente sabía disparar.

Los vecinos llamaron al jefe de policía de Pihtipudas a las 11:30 horas. Los agentes Veikko Riihimäki, Onni Saastamoinen, Pentti Turpeinen y Mauno Poikkimäki fueron enviados al lugar de los hechos sin uniformar, como era la costumbre, y se dice que uno de ellos armado con un subfusil.

Cuando se encontraban a 50 metros de la casa, el hombre, asomado a la ventana, empezó a dispararles con su rifle para aves Sako 7x33. Dos de los policías cayeron al suelo en el camino y un tercero junto a él, y el cuarto corrió a refugiarse detrás de un abeto.

El hombre siguió disparando, pero pronto salió del domicilio. Disparó a uno de los policías que estaba en el suelo y al que intentaba huir. Después de haber matado a los cuatro policías, el hombre dejó su rifle junto al que había matado primero. El número de cartuchos encontrados indica que se efectuaron unos diez disparos durante la masacre.




Tumba de los 4 policías en Pihtipudas


Tauno Pasanen frente al tribunal
Basándose en estos hechos, Mikko Niskanen escribió y dirigió "Kahdeksan surmanluotia" ("Ocho disparos mortales"). La película se emitió como una serie de televisión de cuatro capítulos en la primavera de 1972. Fue un éxito de crítica, y Niskanen recibió dos premios Jussi Film (mejor director y mejor actor masculino) de 1972.

La película era una obra de crítica social, que presentaba al asesino como una víctima agotada y presa del pánico por circunstancias ajenas a su voluntad. Según esta narrativa, los policías asesinados habían sufrido en lugar de los que ejercían el poder en la sociedad.

Sin embargo, la investigación del caso real no respaldó la opinión de que el asesino había entrado en pánico o estaba angustiado, y cabe señalar que la película de Niskanen omitió los detalles más crueles del incidente. Estuvo encarcelado en Riihimäki; paradójicamente, uno de los policías asesinados se apellidaba RiihimäkiEl asesino fue finalmente indultado por el presidente Mauno Koivisto en 1982.

Una vez en libertad, en 1996 estranguló a su ex mujer Liisa, con la que continuaba viéndose, y la decisión de haberlo indultado se convirtió en objeto de un acalorado debate. Muchos creyeron que la obra de ficción de Niskanen había creado una falsa impresión del asesino como víctima y que esa decisión influyó en su indulto.

Pasanen fue condenado en el tribunal de distrito de Riihimäki a siete años de prisión por homicidio cometido sin pleno entendimiento debido a su estado etílico.

Pasó su encarcelamiento en la prisión de Riihimäki y fue puesto en libertad condicional en febrero de 2000. Después de su liberación, Pasanen se instaló en Riihimäki.


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