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sábado, 21 de marzo de 2020

Crítica a Armomurhaaja (2017) de Teemu Nikki


Armomurhaaja (2017),
protagonizada por Matti Onnismaa

La muerte por eutanasia y el aborto fueron dos temas polémicos en la relajada y casi laica Finlandia del siglo XX.

Toda vez que solicitar el aborto no es más que un trámite en el que puedes alegar que interfiere tus planes de futuro, queda la eutanasia como la única forma legal de muerte en Finlandia que puede generar algo de polémica, y decimos algo porque también es legal como en otros 8 países en el Mundo: en Finlandia se permite la eutanasia pasiva, pero no la activa.

En junio de 2018 el Parlamento finlandés votó por 128 a favor y 68 en contra para legalizar la eutanasia. Se trataba de aprobar una ley que la permitiera en caso de enfermedad incurable con probable desenlace fatal en el futuro.



Veijo con una pala al hombro, como la muerte con su guadaña
El debate previo en la sociedad finlandesa sirvió para que Teemu Nikki recreara una historia en la que traslada la eutanasia activa hacia los animales para que la entendamos mejor, pero se acaba liando en el mismo laberinto lógico –o ilógico- que el resto de los finlandeses y europeos. Porque ¿puede decidir moralmente un ser humano eutanasiador sobre la vida de un animal sano y sobre la de uno que sufre?


Veijo, el eutanasiador
La película introduce en la trama a unos ultraderechistas, una especie de perussuomalaiset, para los cuáles la muerte es un aliciente vital y una prueba de rudeza. ¿Cuán distinta es la moral de Veijo (Matti Onnismaa) que sacrifica animales con solemnidad, de los individuos que matan entre risas para reafirmarse como Petri (Jari Virman)?

De hecho, la cuidadora de un hospital acaba terminando con la vida del padre de Veijo simplemente para favorecerle y salir con él, sin darse cuenta de que Veijo lo quería vivo para que siguiera sufriendo.

En un momento determinado, Veijo le lleva lirios del valle a su padre, unas flores que pueden llegar a ser mortales, y se las restriega por la cara, de una manera muy resentida pues acusa a su padre del trauma que le causó una gran mortandad de sus animales de granja.

Veijo desea mantener con vida a su padre para que sufra.
Los kielot o lirios venenosos se ven al fondo
La simbología mortuoria en forma de lirios aparece de nuevo cuando Veijo y Lotta mantienen relaciones sexuales con asfixia erótica en el bosque.

De hecho, Veijo representa la muerte misma cuando el director lo muestra con una pala para enterrar cadáveres al hombro, imitando a la muerte con su guadaña.

La película deviene en un metraje de horror y perversión sexual con la muerte y la violencia flotando en cada escena, para hacerlas  cotidianas a nuestros ojos y hasta para justificarlas.

El humor negro finlandés y la rotundidad del ambiente rural y sus personajes recuerdan a los thriller norteamericanos del medio oeste, aunque sin la violencia desbordada de esos. El paisaje no es amenazador, sino las mentes de los sujetos que trasiegan por la película.

Buen film de terror y grandes actuaciones del ultra exaltado Petri, del viejo pervertido y trastornado Veijo y de su viciosa compañera Lotta (Hannamaija Nikander), la cuál también trabajó con Teemu Nikki en el cortometraje Tissit (2014) y que recuerda demasiado a la Shelley Duvall de El Resplandor de Kubrik.


Ir a la crítica del Festival de Cine Finlandés


Enlaces

Trailer de la película Euthanizer
Reel review: Euthanizer (2017)

20° BAFICI: «Euthanizer» de Teemu Nikki (2017)





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